“Secta asquerosa, sucia, y desarraigada.” Éstos son las palabras usadas por el comandante de la Guardia Revolucionaria del gobierno en Shiraz, Irán para justificar la destrucción de la mayor parte de un cementerio Bahá´í en aquella ciudad. Él añadió que los bahá´ís no tenía “ningún lugar legítimo” en la sociedad iraní. ¿Cómo se puede decir esto acerca de una fe que salió en Irán hace 170 años, tiene a más de 300,000 seguidores – la minoría religiosa no musulmana más grande en el país – y tiene a más de cinco millones de adherentes por todo el mundo?

En abril de este año, la Guardia Revolucionaria comenzó a escavar el cementerio, que es el sitio de más de 950 tumbas bahá´ís, a fin de construir un nuevo centro cultural y polideportivo en el terreno que esto ocupa. En una celebración pública realizada en junio, el comandante de Guardia Revolucionario dijo las palabras anteriores sobre la Fe Bahá´í mientras se paraba sobre las tumbas de muchos de sus adherentes.

Cuando mi madre me dijo las noticias sobre el cementerio, yo no podía contener mis lágrimas. La mayor parte de mis parientes, incluso mis abuelos maternales y paternales, fueron sepultados allí, así como varios amigos con los que crecí en Shiraz.

Mi abuela, que yo solía llamar "madar", el que significa "a la madre" en el persa, es sepultada en aquel cementerio. Pasaba cada día después de la escuela en su casa, y ella realmente me pareció a una madre. Mi abuelo, con quien yo era también muy cercano, es sepultado al lado de ella. Una de mis memorias más vivas es el funeral que realizamos para él. Puedo recordar claramente el sentido de reverencia que sentí cuando recé en su tumba como un niño.

La profanación de las tumbas de mis abuelos y otros es aún otro acto abusivo en una historia larga de actos opresivos cometidos contra los baha'ís de Irán.

Desde la fundación de su religión en Persia en el siglo diecinueve, los bahá´ís han sido sometidos a la persecución. Las creencia de Baha'í se centran alrededor de la unidad de la raza humana y el origen común de todas las grandes religiones del mundo. La obediencia a las autoridades civiles en el país de residencia, no violencia, y la no participación en la actividad política partidista son principios centrales. A pesar de esto, los baha'ís son señalados para la persecución severa simplemente porque las autoridades no pueden tolerar la existencia de una religión que se levanta después del Islam.

 

Según algunas estimaciones, más de 20,000 bahá´ís fueron matados por ejecución o violencia de las muchedumbres en los primeros años de la fe (a mediados a finales del siglo 19). Mientras la situación mejoró enormemente en el siglo veinte, los bahá´ís todavía soportaban la discriminación y las hostilidades sociales. Desde la Revolución de 1979, la opresión de los baha'ís se ha hecho oficial, sistemática e implacable. La juventud baha'í es excluida de la admisión a universidades y los baha'ís son excluidos del empleo en el gobierno, negados pensiones del gobierno, y oficialmente prohibidos de más de dos docenas de negocios y profesiones.

La comunidad bahá´í también es sujetada a la propaganda incesante que incita el odio de los medios patrocinados por el estado. Su "sangre" es considerada "mobah", lo cual significa que puede ser derramado impunemente. Los numerosos asaltos, juntos con al menos 10 homicidios de baha'is desde 2005, no han sido investigados.

Más de 100 están actualmente en prisión sin ningun motivo aparte de su fe. Han habido hasta casos en los últimos años de mujeres bahá´ís encarceladas junto con sus niños. Desde eñ 2008, el grupo bahá'í informal de siete miembros para la administración bahá'í nacional ha estado cumpliendo penas de 20 años, el más largo de cualquier preso de conciencia en Irán.

La promesa de campaña del presidente Rouhani de prestar atención a tal represión extendida era uno de los motivos principales de su elección el año pasado. Estuve sorprendido ver que él no prestó atención al tema durante su discurso el 25 de septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esto es inquietante dado que él tampoco ha cumplido hasta ahora con su promesa de campaña de publicar una Carta de los Derechos de los Ciudadanos. ¿Cuándo abrirá un espacio para el diálogo apuntado al mejoramiento de las condiciones para todo los baha'ís que viven en Irán?

Sabiendo que nunca puedo visitar sus tumbas otra vez, me agarro a las memorias de mis abuelos tanto más. Espero que la gente de buena voluntad y los gobiernos alrededor del mundo hablen claro contra la profanación de este cementerio. Espero que, a consecuencia de la protesta clamorosa internacional, el gobierno iraní pare esta destrucción, un síntoma de una tragedia de derechos humanos mucho más grande, particularmente severa para los bahá´ís, pero que afecta a todos los iraníes. La irracionalidad de todo esto es aturdidora. ¿Qué amenaza concebible podrían estas tumbas plantear al gobierno iraní?

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