Toda alabanza a la unidad de Dios, y todo honor para Él, el soberano Señor, el incomparable y todo glorioso Gobernante del universo, quien de la nada absoluta ha creado la realidad de todas las cosas, quien de la nada ha engendrado los más delicados y sutiles elementos de su creación, y quien, rescatando a sus criaturas de la bajeza de la lejanía y de los peligros de una completa extinción, los ha recibido en su reino de gloria incorruptible. Nada salvo su gracia que todo lo abarca, y su misericordia que todo lo penetra, podría haberlo logrado. ¿Cómo habría sido posible de otro modo que la simple nada adquiriera por sí misma el mérito y capacidad para emerger de su estado de inexistencia al reino del ser?


(Bahá'u'lláh, Pasajes de los Escritos de Bahá'u'lláh en formato pdf)