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BELLEZA Y ARMONÍA EN DIVERSIDAD

28 de octubre

El Creador de todo es el Dios Único.

De este mismo Dios surgió a la existencia toda la creación, y Él es la única meta que toda la naturaleza anhela. Este concepto está representado en las palabras de Cristo, cuando dijo: "Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin." El ser humano es la suma de la Creación, y el Ser humano Perfecto es la expresión del pensamiento consumado del Creador -la Palabra de Dios.

Considerad el mundo de las cosas creadas, cuánta variedad y diversidad de especies, aun cuando todas tienen un mismo origen. Todas las diferencias que se observan son de forma exterior y de color. Esta diversidad es evidente a través de toda la naturaleza.

Contemplad un hermoso jardín lleno de flores, arbustos y árboles. Cada flor tiene un encanto diferente, una belleza peculiar, su propio y delicioso perfume, y un hermoso color. Los árboles, también, cuán variados son de tamaño, de vegetación, de follaje, y ¡cuán diferentes los frutos que producen! Sin embargo, todas estas flores, arbustos y árboles nacen de la misma tierra, el mismo sol brilla sobre ellos y las mismas nubes les brindan su lluvia.

Lo mismo sucede con la humanidad. Está compuesta de muchas razas, y sus pueblos son de diferente color -blanco, negro, amarillo, moreno y rojo- pero todos ellos provienen del mismo Dios, y todos son siervos de Él. Lamentablemente, esta diversidad entre los hijos de los seres humanos no tiene el mismo efecto que tiene en la creación vegetal, donde se evidencia un espíritu de mayor armonía. Entre los seres humanos existe animosidad, que es la causa de la guerra y el odio entre las diferentes naciones del mundo.

Diferencias que sólo son de sangre también causan la destrucción y la matanza de unos y otros. ¡Qué desgracia que esto aún tenga que ser así! Observemos más bien la belleza en la diversidad, la belleza de la armonía, y aprendamos la lección que nos ofrece la creación vegetal. Si contemplaseis un jardín en el cual todas las plantas fueran de la misma forma, del mismo color y perfume, no os resultaría hermoso en absoluto, sino, por el contrario, monótono y aburrido. El jardín que más agrada a la vista y alegra al corazón es aquel en el que crecen, una al lado de otra, flores de diferente matiz, forma y perfume, siendo este vivo contraste de color el que lo hace atractivo y hermoso. Lo mismo sucede con los árboles. Un huerto lleno de árboles frutales es una delicia; igualmente lo es una plantación de diferentes especies de arbustos. Su encanto reside precisamente en la diversidad y la variedad; cada flor, cada árbol, cada fruto, además de ser hermoso en sí mismo, pone de manifiesto, por contraste, las cualidades de los demás, y muestra la especial belleza de cada uno y de todos ellos.

¡Así debería ser entre los hijos de los seres humanos! La diversidad en la familia humana debería ser causa de amor y armonía, como lo es en la música donde diferentes notas se funden logrando un acorde perfecto. Si os encontrarais con personas de diferente color y raza que vosotros, no desconfiéis de ellas y no os encerréis en vuestro caparazón de convencionalismo sino, por el contrario, estad alegres y mostradles bondad. Pensad que son como rosas de diferentes colores, creciendo en el hermoso jardín de la humanidad, y regocijaos de hallaros entre ellas.

De igual modo, cuando os encontréis con personas cuyas opiniones difieren de las vuestras, no les volváis la cara. Todas están buscando la verdad, y existen muchos caminos que conducen a ella. La verdad tiene muchos aspectos, pero siempre es una.

No permitáis que la diferencia de opinión, o la diversidad de pensamiento os distancien de vuestros semejantes, o que sea causa de discordia, de odio y rivalidad en vuestro corazón.

Por el contrario, indagad diligentemente la verdad y haced de todos los seres humanos vuestros amigos.

Todo edificio se construye con muchas piedras diferentes; sin embargo, cada una depende de la otra en un grado tal que si alguna se desplazara, todo el edificio sufriría; y si alguna fuese defectuosa, la estructura sería imperfecta.

Bahá'u'lláh ha trazado el círculo de la unidad; ha hecho un diseño para la unidad de todos los pueblos, y para que todos se reúnan bajo la sombra de la unidad universal. Ésta es la obra de la Munificencia Divina, y todos debemos esforzarnos con alma y corazón hasta que la realidad de la unidad se consiga entre nosotros, y de acuerdo a lo que trabajemos, se nos proporcionarán las fuerzas. Olvidaos de vosotros mismos y perseverad únicamente en ser obedientes y sumisos a la Voluntad de Dios. Sólo de este modo podremos convertirnos en ciudadanos del Reino de Dios, y alcanzar la vida eterna.

Baha'u'llah, Pasajes de los Escritos de Baha'u'llah en formato pdf